Un 30 de abril de 1992 Maco sale del portón de rejas de la casa, se da la última columpiada y camina a la tienda de la esquina, con los ojos rojos rojos ya no recuerda bien por que lloraba, llega a la tienda jalándose los mocos de la lloradera y berrinche que había hecho, se acerca al tendero un señor respetable y relativamente joven, con amplia experiencia musical y que maco lo conoce porque siempre que pasaba por su casa escuchaba un clarinete, un sax o una trompeta, Maco saluda y pide lo que va a comprar.
-buenas noches me da un chicle Motita, de los rojos por favor.
-pero ¿por qué lloras si hoy es 30 de abril? y es día del niño…
maco se acuerda y los ojos se le ponen mas rojitos:
–es que mi mamá…buuuuuuubuuuuuu
El señor de la tienda que no cabe de asombro por el maltrato infantil:
-¿cómo? ¿Tu mamá?
-si mi mamá…buuuuu me regañó feo feo.
Ya con cierta tranquilidad de no escuchar “me pegó” pregunta:
-y ¿te pegó?
-no pero me regañó muy feo…
El tendero piensa detenidamente creyendo maltratos y golpizas de parte de la madre de Maco… en ese momento improvisa y llena una bolsita de dulces con motitas rojos y un tubo de cacahuates garapiñados.
-toma que el resto del día te la pases contenta y feliz recuerda que hoy es día del niño.
Maco con la cara de extrañez por tal acto de generosidad le agradece y se marcha sin saber que pasa.
-gra-cias bue-nas noo-ches?
Lloraba por que jugando en el polvo y la tierra de la calle quería llegar y dormir como angelito toda mugrosa y sobre la ropa limpia que terminaba de levantar del tendedero mi madre razón de más para que explotara en cólera y obviamente con justificada razón me regañara con cara de moustro esa que solo les sale a las mamás, ante el vecino y su tienda recién abierta mi madre quedó como maltrata niños y fue cuando platique por primera vez con Don Zoilo Solís Félix.