Mi abuela Dá bellísima ella en afán de dar infinita alegría a su pequeña nieta (ósea yo), cosió una pequeña muñeca de pedacitos de tela, retacitos cocidos con armonía como se lo indicaba ese don que tienen Oaxaqueños por la armonía en todo, era un trabajo hermoso, le puso unos ojitos de botón que tenían un pequeño corte transversal que hacían parecer a la muñeca medio oriental con sus ojazos rasgados azul verdoso, color raro en ese tipo de botones, o cuando se los giraba parecía mas bien un gato en pleno día cuando cierran sus pupilas por exceso de luz, la muñeca de trapo mas linda que he conocido, iba conmigo a todos lados como fiel compañera y mejor amiga, pero como siempre pasa, existen momentos en los que no es tan importante la compañía, y dejé solita a la pobrecita fuera de casa, creo que en un momento de tristeza fue, la dejé botada en el patio de la casa, ese día por la noche llovió y la triste muñeca se mojó durante toda la noche y su amiga bien dormidota dentro de casa, al siguiente día por la mañana no la encontré a mi lado, sin recordar que pasaba la busqué y la encontré, ahí en el patio toda botada, toda triste, toda mojada, le pedí perdón, pero no me respondía mi madre me dijo que se secaría si la ponía al sol; y así lo hice para que se secara y se bronceara un poquito, pero se decoloró y mas bien tomó un color algo raro, además de adquirir un olor algo extraño, pero no me importó la seguí llevando conmigo a todos lados, días después se tornó medio pecosa hasta sus vestidos, y olía cada vez peor, pues es que sus entrañas de trapo no estaban del todo bien, la llevé con mi madre pero dijo que esperara lo peor pues sus colores no volverían y sus entrañas no sanarían. Ella empeoró en olor y forma, un mal día mi madre tomó la decisión de incinerarla sin avisarme, no me despedí de ella y se fue sin que yo supiera que había pasado, ahora medio lo comprendo pues es que las cosas materiales no son eternas pero las personas si. Y en eso consiste la vida en hacer todo por mantenernos en el recuerdo de los que nos quieren y estar bien con las personas a las que queremos.La muñeca lo que hizo, fue ser bella y transmitir todo el cariño de la abuela por mi, por que nunca le hizo algo parecido a otro de sus nietos o nietas. A igual que como se puede reponer una pieza en el rompecabezas mi madre me regaló otras pero ninguna como la primera. Fue la explicación de lo que pasaba con la muñeca como Mamai me enseñaba algo mas de la vida, pero así como todo lo que no está físicamente sobre la tierra habita en la memoria infinita de las personas. Por que ese recuerdo, yo creo que ha de ser otro estado de la materia, basta recordar que la materia no crea ni se destruye solo se transforma, y me atrevo a afirmar que la memoria las vuelve eternas.
3 comentarios:
Que bonita historia amiga!!!... siempre me envuelves con tus escritos!!!!!!
Yo jamas tuve un juguete con un valor sentimental, a mi no me querian! buah!... naaa solo me llenaban de otras cosas pero nada asi...
Te quiero mucho Maco!!
Como has estado???... es bueno saber de ti!!!
Salu2
Creo que en efecto, nada ni nadie muere mientras esté en nuestra memoria.
Yo tampoco tengo ningún juguete con valor sentimental porque mi mamá todos se los daba a mis primitos...
:'(
Un abrazote, Maquito!!!
Que historia tan linda, ¿Sabes? me recuerda mucho al recientemente incorporado a la memoria colectiva, Don Andrés Henestrosa.
Yo no recuerdo haber invertido mis quereres en los juguetes, lo he hecho en algunos personajes, son varios libros los que han jugado en mi vida el rol de tu muñeca; sobre todo en mis seres amados, familia y amigos.
Un abrazo.
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